EL Rey Carlos III decretó el 20 de agosto de 1767 la expulsión de los
Jesuitas de Quito, lo que significó la suspensión del trabajo
de la imprenta que a ellos
perteneció, de esta manera el
taller pasó a poder del Rey de España.
“En el año
1779 la imprenta de la Compañía, por disposición del Presidente de la Audiencia, José García León y
Pizarro, fue entregada al impresor quiteño
Raimundo de Salazar, quien la
juntó con otra imprenta suya propia
y formó un establecimiento tipográfico. (Esta imprenta, fue la
única que existió
en Quito durante más de 25 años); la primera publicación de la nueva imprenta Salazar fue: El
Discurso de Año Nuevo de 1779”. (Romero. A, 1981, pág. 10)
0 comentarios:
Publicar un comentario